Comenzamos nuestra visita por Peñíscola cruzando el portal de Santa María, que nos llevará al recinto amurallado de la villa. Caminando por las calles de Peñíscola encontramos el Bufador, un enorme hueco en las rocas que está debajo de las casas donde el mar suele soplar. Si seguís bordeando Peñíscola por su muralla junto al mar, llegaréis a una de las casas más famosas del pueblo: la casa de las conchas. Si seguís subiendo hacia el castillo encontraréis el faro de Peñíscola, que fue construido a finales del siglo XIX. Junto al faro se encuentra el castillo del Papa Luna, construido por los templarios a finales del siglo XIV, sobre una antigua alcazaba árabe. Al salir del castillo se encuentra la Iglesia Virgen de la Ermitaña, un edificio de estilo barroco construido en el siglo XVIII. Muy cerca de esta iglesia encontraréis la calle San Roque, una de las calles más pintorescas que ver en Peñíscola.